Entre 5G y el metaverso: ideas para que la dirigencia política use la tecnología en favor del bien común

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Tiempo de redes 5G, de metaverso, de transformación digital. Tiempo que exige de marcos políticos que permitan que estas nuevas tecnologías no solo lleguen a la ciudadanía sino, básicamente, que ella pueda apropiarse y mejorar su calidad de vida. Pero ¿está la clase política a la altura de las circunstancias? La verdad, no. La dirigencia política usa a las redes sociales y demás tecnologías disponibles pero para continuar produciendo un tipo de discurso y de mensaje unidireccional, donde la interacción no existe. En otras palabras, usan las tecnologías “a la antigua” pero desde este espacio les daremos algunas ideas para trabajar en el bien común, en el de la ciudadanía.

Fue en charla con Nico Pstyga, fundador de Wai, una empresa que se dedica al diseño de soluciones tecnológicas y digitales para gobiernos y política, que surgieron varias ideas en relación a los temas que hoy están en la agenda tecnológica y que desconocemos si la están en la de quienes dirigen los destinos de la Argentina. Y al ser consultado sobre qué expectativas puede haber en torno a una modernización de la forma en que la política se vincule con quienes le dan su poder, recordó que cuando surgieron las redes sociales, “la política fue uno de los últimos actores que se involucró con las redes y, aunque pasó tiempo, todavía las siguen subutilizando como mecanismo unidireccional donde yo, político, digo algo y los demás leen y listo”.

“Pero las redes tienen muchos tipos de uso que se pueden implementar desde la política tales como las consultas ciudadanas para desarrollos de proyectos, referéndums, o la comunicación política en general que se realiza desde el Estado. Es raro ver a las provincias contratando a personal a través de las redes, o buscando talento vía Linkedin”, describió Pstyga, algo que es muy común entre las empresas que buscan talento, y entre las personas que buscan trabajo.

Y si esto no sucede en cuestiones básicas como puede ser la comunicación institucional o la búsqueda laboral cómo operaría el metaverso en este escenario donde no hay apropiación tecnológica de parte de la política aunque sí de la ciudadanía. Y aventuró: “Con el metaverso nos va a pasar lo mismo. Nos va a costar entender de qué se trata, qué tipo de uso podemos darle, nos va a costar el entretenimiento y el ocio en el metaverso si no venimos de ese mundo pero, probablemente, en poco tiempo le encontremos la vuelta aunque la política se va a demorar mucho más”.

¿Cómo dar vuelta esta situación? Para el fundador de Wai, es muy importante que en el Estado y en la gestión política haya participación de personas que estén siguiendo el desarrollo de tecnologías emergentes. “La sociedad en general no está obligada a usar una tecnología emergente, pero cuando hay una tecnología que empieza a tener mucha relevancia en la sociedad, sí es importante sumar al equipo de trabajo personas entendidas. Porque en el caso de la política se trata de personas que toman decisiones que afectan nuestro día a día y abordan temas relevantes. El gobernador de una provincia no tiene por qué ser especialista en temas culturales, o asociación entre empresas, pero sí necesita a expertos que estén a cargo de esas áreas. Y lo mismo pasará con las tecnologías emergentes”, sostuvo.

Por eso, ante la pregunta de qué haría si tuviera un cargo público, Pstyga no dudó en señalar que “si fuera intendente lo primero que haría, en caso de no tenerlo, es crear un centro de innovación o área de ese estilo. Ese es el primer paso porque, luego, las soluciones empiezan a llegar solas. Es importante que las personas idóneas encuentren un espacio para proponer soluciones y no haya tanta distancia entre la dirigencia política y una sociedad que se digitaliza cada vez más”.

Hoy la digitalización, digitalizarse, parece una obviedad. La Argentina supo, allá por fines de los 90 y los inicios del milenio, liderar un proceso de cambio apalancado en la promesa de internet y en lo que, luego, sería lo digital. De hecho, de aquellos años viene la ley de firma digital, una de las primeras en la región, aunque recién en la última década haya comenzado a tener mayor sentido.

Pstyga sostuvo que, como siempre ocurre, estos cambios sucederán y nada podrá detener el proceso. “Por la naturaleza propia de su funcionamiento, el Estado y las regulaciones siempre irán detrás, pero esto no puede ser una limitación para consolidar mejores servicios a ciudadanos y mejor tecnología. El Estado tiene la potestad de incentivar el desarrollo de soluciones tecnológicas y el desarrollo productivo para las empresas que se dedican a esto”, amplió.

Ante un Estado argentino que, en materia tecnológica, deja bastante que desear en varios frentes, el fundador de Wai se mostró, no obstante, optimista. Y fundamentó su mirada en que, a medida que pasan los años, los tomadores de decisiones se renuevan, aunque se trata de un camino de mediano y de largo plazo.

Al llevar su mirada hacia la región, Pstyga sostuvo que el caso más atractivo de apropiación tecnológica por el lado estatal es Uruguay porque “viene siendo muy progresista en el impulso del desarrollo del sector privado en general relacionado a tecnologías emergentes. Es un país culturalmente similar a la Argentina, y allí se están dando cosas que se están observando y que sería interesante tomarlas para nuestro país”.

Pero los vecinos del otro lado del Río de la Plata no son los únicos que, en su visión, están haciendo las cosas bien. También llevó la mirada hacia arriba de América latina, y apuntó que Colombia es también otro buen ejemplo a seguir. “No sé si tuvo que ver con el impulso por parte del Estado pero sí se advierte que hoy es el núcleo de generación de nuevas start ups, con nuevos unicornios”, apuntó. El caso de Rappi es el más conocido, pero hay otro grupo de emprendimientos que podrían seguir su camino, tales como Liftit, Merqueo, Frubana y Playvox, entre otros.

Uruguay por la cercanía y Colombia por lo que se está dando con la creación de nuevas empresas son los ejemplos que, según Pstyga, la dirigencia política argentina debería mirar con atención. De hecho, recordó que hace algunos días se puso a girar en Uruguay un proyecto para crear una ciudad que atraiga a profesionales argentinos, y que busca ser el centro tecnológico de la región, con la instalación una ciudad pequeña con muy buena calidad de vida, con la conectividad más rápida de la región y con el objetivo es que se instalen empresas relacionadas a la industria del conocimiento.

Pero el optimismo volvió a estar presente en la conversación, y anticipó que, a nivel local, Wai está trabajando con el municipio de Monte Hermoso, en la provincia de Buenos Aires, para crear un polo tecnológico, con incentivos fiscales para las empresas y profesionales de la economía del conocimiento para que se radiquen en el polo tecnológico. A esto se suma la construcción de un centro de innovación con coworking para 20 personas en donde las empresas también se van a poder instalar, contar con internet de alta velocidad y con un data center con servidor a disposición para desarrollos internos de estas empresas. Se trata de una iniciativa que fue presentada al Ministerio de la Producción, y que está siendo evaluada, dado el interés que supone la economía del conocimiento en cuanto a sector generador de empleo genuino y de calidad. Un modo de avanzar con inteligencia hacia la política, para que la política sea más inteligente.

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Soy licenciada en Comunicación Social, egresada de la Universidad Nacional de Cuyo. Estoy especializada en telecomunicaciones, tecnología y economía digital. Mis conocimientos sobre la industria vitivinícola vienen por defecto. En la secundaria me hacía machetes en Braille.