De película: tocar la Antártida con fibra para completar la obra de los exploradores de principios del siglo XX

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Tocar la Antártida con fibra óptica. Es el proyecto «de locos» en el que trabaja Silica Networks a través de sus tres filiales, ubicadas en Argentina, Chile y Brasil, para llevar conectividad desde la isla grande de Tierra del Fuego hasta las islas Shetland del Sur en primer lugar, y luego, alcanzar a la Antártida continental.

El proyecto surge en un contexto en donde el gobierno nacional busca introducir cambios en la matriz productiva de Tierra del Fuego, todavía muy concentrada en su polo electrónico pero que tiene potencial para desarrollar y profundizar otras actividades, como la pesca, el turismo y la producción de hidrocarburos. A esto se suman anuncios de empresas orientados a desarrollar la economía del conocimiento en la isla para la que, como cimiento básico, se necesita de infraestructura de telecomunicaciones robusta.

Silica Networks anunció la puesta en marcha de los estudios de factibilidad para desplegar la fibra óptica submarina que irá desde Ushuaia hasta el Puerto Williams, a través del Canal del Beagle, para cerrar en esa zona un anillo que permita dar conectividad de alta capacidad a la Isla Grande en su conjunto.

Ese proyecto es el que se articula con el de, al menos, dos empresas que ya anunciaron nuevos proyectos: Globant, que puso en marcha un programa de formación en tecnología con el que aspira a formar un equipo de 120 profesionales en los próximos dos años; y Mirgor, que firmó un convenio de cooperación con Centec-TDF, el Centro de Desarrollo Tecnológico de tierra del Fuego, para instalar una software Factory en la provincia, y que también implicará la activación de programas de capacitación.

La inversión de Silica para la puesta en marcha del proyecto demandará una inversión de u$s2 millones.

¿Qué sucederá una vez que se construya el anillo de fibra óptica en la isla? A partir de ese momento se buscará conectar la península de la Isla Grande de Tierra del Fuego, a través del estrecho de Drake, con la Isla Rey Jorge, conocida en Argentina como Isla 25 de Mayo y en Rusia como isla Waterloo, la más grande de las islas Shetland del Sur. Una vez tocada esa zona, la siguiente fase es conectar desde allí a la Antártida continental.

Como parte de esa etapa del proyecto, se propone establecer en la isla un Hub de Conectividad que impulsará el desarrollo de la investigación científica que llevan adelante 9 países a través de bases instaladas en forma permanente en la isla. Actualmente Argentina, Brasil, Chile, China, Corea Del Sur, Perú, Polonia, Rusia y Uruguay tienen bases en la Isla 25 de Mayo.

“Pensamos llamarlo ¨Hub Científico Antártida¨ porque entendemos que la razón de ser de este proyecto, más allá de la tarea épica que significa traspasar las fronteras, tiene que ver con potenciar el conocimiento que se genera en este continente, facilitando a los científicos la conectividad de alta capacidad y baja latencia que provee la fibra óptica para poner a disposición de la humanidad el conocimiento convertido en datos que produce la comunidad científica internacional en la Antártida”, afirmó Horacio Martínez, CEO de Silica Networks.

Si bien toda la región se encuentra en medio de disputas y litigios internacionales por la soberanía sobre tierras y aguas, la compañía decidió avanzar con el proyecto que va más allá de los reclamos que vienen realizando los 12 países desde 1961 cuando se firmó el Tratado Antártico, entre ellos la Argentina.

Ese convenio estableció la suspensión de las disputas de soberanía territorial en pos de priorizar el interés de la humanidad para que la Antártida continúe utilizándose exclusivamente con fines pacíficos y para la protección y preservación del medio ambiente, reconociendo la importancia de la cooperación internacional en beneficio de la investigación científica.

“Siempre me fascinaron los relatos de los exploradores antárticos y creo que debemos completar su obra. Las posibilidades que nos abre llegar con fibra óptica al continente blanco nos permitirán poder entender más fenómenos como el cambio climático, medir su evolución y desarrollo. No es una meta prioritaria para la humanidad, pero lograr una mejor comunicación para los científicos que permanecen sitiados por meses por el clima más riguroso del planeta creo que vale la pena”, agregó Horacio Martínez.

Silica Networks ha participado ya en diversos proyectos de la comunidad científica, trabajado en sociedad con las redes académicas de varios países, como Clara, InnovaRed, Reuna y RNP poniendo la conectividad al servicio de la investigación científica.

Uno de los ejemplos que sobresalen es el del observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Auger, en Malargüe, en la provincia de Mendoza, o el tendido de jibra óptica que nos vincula con ALMA (Atacama Large Millimeter Array) en la meseta de Chajnandor en el norte Chileno.

Silica Networks ha realizado en los últimos años importantes inversiones para ampliar su red de fibra óptica de más de 13.000 km de extensión que atraviesa las principales economías regionales de Argentina, Brasil y Chile, con salida al Atlántico y el Pacífico, asegurando caminos alternativos y redundancia con cinco pasos diferentes a través de la Cordillera de los Andes.

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Soy licenciada en Comunicación Social, egresada de la Universidad Nacional de Cuyo. Estoy especializada en telecomunicaciones, tecnología y economía digital. Mis conocimientos sobre la industria vitivinícola vienen por defecto. En la secundaria me hacía machetes en Braille.